Tuesday, June 27, 2006

CHAPTER I. DE GENERALIZACIONES Y DEL AMOR, PUES...

(si las cosas salen bien estructuradas, inspiradas y todo, hasta de aquí puede que salga el siguiente libro)



NUESTRAS GUERRAS SECRETAS empezó hace cuatro años a partir de descubrir un patrón de conducta. Ya muchas veces en muchas partes he hecho la declaración de que soy ingeniero de sistemas. Ya en muchas he hecho la declaración de que soy persona que tiene muchísimos intereses:, administración, mercadotecnia, literatura, escribir, radio, cine, ciencia, rock, tecnología, historia, conocimiento.

Después de haber participado en miles de conversaciones uno va descubriendo hilos del mismo color o de la misma textura, sobre todo si eres bueno, eso creo, en percibir ritmos no sólo en la forma de las conversaciones, sino, en el fondo de ellas.

Los hechos son los hechos. NUESTRAS GUERRAS SECRETAS habla de una manera que pueden decir que se acusa una tremenda generalización. Que si la mezclilla, que si el gansito Marinela, que si todos creemos merecer lo mejor. Que si usamos celular, que si las mujeres se pintan el pelo de cierto tono rojizo al llegar a cierta edad, que si los niños gustan de las caricaturas y de los videojuegos.

¡Caramba, hay megaindustrias basadas a partir de creer en esas generalizaciones!

Sólo es cuestión de aplicar las generalizaciones en el ámbito de las conversaciones, en las áreas de las relaciones interpersonales, en la esfera que abarque a los hombres y a las mujeres.

He hablado con mujeres jóvenes enamoradas. He visto parejas abrazadas que expresan amor a leguas. He visto parejas de ancianos haciendo votos de amor. Es decir, el amor si existe. El amor perdura. El amor pervive.

Porque la intuición también existe, porque la sensibilidad, igual, la buena fortuna, el buen sentir, porque las intenciones coinciden, porque la buena voluntad existe, porque el sentido de quererse ver en los ojos del otro, sobresale, captura, se necesita, es intoxicante.

Los poetas sabían de que hablaban. Los dramaturgos también. Caramba, hasta los que escriben textos para tarjetas de amor de las que venden en Sanborns o en Vips.

Bueno, saben a que me refiero.

Para esto también existen valores sociales y culturales que a veces ciegan una intuición. Existen presiones de grupo que no se saben soportar, menos contraatacar, existen circunstancias emocionales que vienen capturando los espacios que toman decisiones en nuestro ser desde que somos niños que no supimos resolver o que creímos resolver o que de plano que resolvimos mal y que finalmente cuando vimos la salida, sólo entramos en algún callejón que nos causó malestar, problemas y lo peor, ni como poder salirnos después.

La vida es tremendamente complicada con todos sus problemas como para andar a ciegas en ella.

Vista así las cosas de la vida, cuando alguien llegaba con una cuita o angustia, a mí, que me había tocado leer algo, pues hablaba del sentido común y del sentir del hombre, y como no tenía mucho empacho en decir las cosas como son, tal como lo muestra el libro, pues comentaba soberanamente mi punto de vista.

Era nada más mi punto de vista, no la solución específica a un problema determinado.

Porque esos finalmente los resuelve la persona. Los resuelve pensando en el momento que vive, y más aún, en el momento que vivirá. Pero la decisión, como todo en la vida, la toma la persona. Sólo ella y nadie más.

Pues como dice la eterna pregunta: “¿Cuántos psicólogos se necesitan para cambiar un foco?”. Y la respuesta será: “Uno solo, pero se necesita que el foco quiera cambiar”.

¿Alguna duda hasta aquí?

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