Saturday, July 29, 2006

CHAPTER IV. ANALIZANDO EL DESEO DE LOS HOMBRES PARTE 1



¿Cuál es la causa del deseo en los hombres? Sin que yo trate, suponga, imagine, pretenda ser la última palabra en el asunto, hablaré del tema.

Esto es necesario para ver si con esta reflexión uno se ponga a mostrar o a demostrar casos en los que la calentura mate neuronas, que sí creo que es lo peor que puede pasar, porque de ahí al embarazo o al contagio de una enfermedad sexual, hay, bueno, aceptémoslo, no siempre se dará, pero abre un océano lleno de posibilidades, en este caso, no muy halagüeñas.

Ya lo dije al principio del libro 1: El hombre siempre piensa en sexo, o para ser preciso, al menos cada diez minutos. Esta premisa, que no necesariamente es exacta en todos, nos lleva a pensarlo de otras maneras.

Lo primero que se viene a nuestra mente es ¿por qué? ¿Por qué el hombre piensa en sexo cada diez minutos? Sin querer que suene a decepción, es difícil saberlo, lo más probable es que sea cuestión biológica más que cultural, pero mi palabra no vale mucho si no puedo demostrarlo. ¿Será más del tipo cultural? Puede ser, pero igual, ¿cómo saberlo? ¿Será emocional? ¿Será por imitación? ¿Será por contrarrestar un complejo de algo? ¿De inferioridad tal vez?

Lo ignoro. Lo ignoro todo, lo que sí sé es que el hombre piensa en sexo cada diez minutos.

Sin especificar quien es ese “hombre” y si son exactamente 600 segundos el período del cual hablamos, como si hubiera un “timer” implantado en el cerebro, diciendo “no he pensado en sexo, ¡que barbaridad, en casi diez minutos!, de buenas me acordé”, así está la cosa.


LA MUJER COMO OBJETO DE DISTRACCIÓN (SIN SER OBJETO, CLARO)
¿Por qué durante mucho tiempo las mujeres cubrían su cabello con un velo en las misas de la iglesia católica? Un día me enteré: lo cubren para que el cabello largo, pecador, lleno de vanidad, no distrajera a los hombres, también pecadores, buscando signos de vanidad, precisamente.

¿Qué es lo que sugiere el cabello largo en las mujeres? Bueno, tal vez una exhuberancia, una sensualidad proyectada, una sugerencia de especial coquetería, una diferencia de lo que es, en todo su esplendor, el cabello humano femenino, un espléndido marco para el rostro.

No hay que descuidar la idea de que el cabello largo en la mujer sugiere juventud, cosa que ya se ha escuchado mucho a las consejas populares que aconsejan: mientras más edad se tiene, ciertas cosas a las mujeres ya no les quedan, las faldas cortas, el cabello largo, como si la conseja popular fuera en contra de no tanto el deseo natural de disimular la edad (por la obvia competencia de las nuevas generaciones) sino que debe de haber algo equivocado en ese insistente deseo de prolongar tu juventud en contra del pensamiento de la mayoría, tal vez porque a algunas de las demás (las que son tomadas en cuenta a la hora de opinar, por la mayoría) ya no se les verá bien, ni el pelo largo, ni el mostrar unas bonitas piernas.

Tampoco hay que olvidar que un cabello largo implica además cuidados, que los cuidados implican tiempo suficiente para dedicarlo a embellecerlo, que el tiempo suficiente implica que entre todas las ocupaciones que una persona realiza en casa pudiera ser que se tenga el nivel económico para que alguien más las haga, que además implica que se tienen esos recursos económicos por lo menos suficientemente como para comprar los suficientes aditamentos como para mantener la belleza en ese cabello.

Todo redunda en circunstancias de dinero, juventud y belleza. El cabello, un buen cabello, es peligroso realmente.

Entra una mujer, miras de inmediato su rostro, su busto, sus piernas, su cintura, ¿para qué? “Para ver como está”, así de seca es la respuesta. ¿Para deleitarse con la estética? Puede ser.


LA MUJER COMO SUJETO (O SUJETA) A DISCUSIÓN ESTETICA
Tal vez porque tenemos bien metida en nuestra psique las medidas correspondientes en la proporción correcta que heredamos de nuestros padres y que nos comunicaron nuestros compañeros o hermanos mayores. Esa corresponde, como dicen a un jarrón, por así decir, caderas grandes, cintura estrecha y busto amplio.

Sería entonces así: .7, la cintura, 1.0, la cadera. O sea, como resultado, .7 . ¿De los griegos? No lo sé. ¿Traían esa relación los aztecas en mente cuando elegían mujer? Lo ignoro. Hace años que leí “Azteca”, de Gary Jennings y no recuerdo los estándares estéticos descritos por ahí.

El punto es que los hombres mentalmente revisamos esa relación entre cintura igual a dos y cadera igual a tres. ¿90-60-90? Quitando el busto, luego retomemos ese tema, saldría una relación, dividiéndolo entre 30, de dos a tres. O sea, .666 .

Conforme se acerca a esa relación, más atractiva parece. De busto, pues... de todo hay. Pero, cuidado. Ni tanto que se acerque a las matronas italianas, perdonando el prejuicio, ni que se acerque a las corredoras de carreras de obstáculos. Pero por supuesto que existen personas con estos gustos. Bien por ellas, bien por ellos, bien por todos.

¿De las piernas? Largo punto. Torneadas, fuertes sin llegar a musculosas, buena pantorrilla. Todo en equilibrio. Mucho puede hablarse de las piernas. Todavía recuerdo aquél chiste de Playboy en el que están dos tipos sentados en un bar tropical bebiendo daiquiríes y mirando de manera hastiada a las varias meseras que andaban con los frondosos senos al aire y con faldas tejidas desde la cintura hasta los tobillos, y uno de ellos le decía al otro: “La verdad, John, es que yo siempre he sido un hombre de piernas...”.

Si seguimos con lo demás, la cintura, los senos, el cuello, nunca acabaríamos. Se han escrito cientos de ensayos al respecto. Baste decir que tengo amigos que les fascina los tobillos y los pies. Algo fetichista el asunto, pero ahí hay algo también que...

¿Las nalgas? Es más bien proporción con lo demás, es más bien volumen y simetría, no tamaño, que quede claro eso, y es más bien algo, eso sí estoy seguro, de origen biológico.

Recuerdo una ocasión a un viejo conocido que sencillamente miró a dos o tres mujeres y me dijo, no sé si por llenar el espacio de plática, la frase de: “¡cómo me gustan las nalgas a mí!”. Sic. Tal cual.


LA BÚSQUEDA DE LA EXPLICACIÓN DEL DESEO
Ahora, ya establecido el terreno. Ya establecido el punto de que todas las mujeres constan de lo de arriba. Entonces, ¿qué pasa al respecto con los hombres? ¿Se considera que pensamos en sexo sólo por mirar un par de piernas bonitas entrando en una sala con una linda minifalda, y juzgarlas así, “qué bellas piernas”?

No, no es tanto sexo. Pero tal vez si estemos hablando de una cosa y otra y aunque no invoquemos al acto sexual en sí o que ni siquiera quisiéramos tocarlas, tal vez, y sólo digo tal vez, nos encanta el panorama de mirarlas de reojo, en cuanto ella no nos vea que la miramos. Y claro que nos agrada que esté ahí, “al alcance de la mano” y perdón por la broma. No que lo quisiéramos hacer, no en medio de la gente claro.


WARNING ACLARATORIO

No estamos para nada a favor del acoso sexual. Lo reprobamos. Nada lo justifica. Debe de ser denunciado, debe de ser castigado. Nada justifica una agresión aunque sea moral y no física. Ni el estar vestida provocativamente, ni nada por el estilo. El que acose realiza un acto bestial, de abuso total de fuerza, o de jerarquía y de autoridad.

FIN DE WARNING ACLARATORIO

Continuemos:

La sociedad presente en medio de personas nos dice que no es conveniente. No señor, sería faltarle el respeto.

Pero apuesto a que si no hubiera nadie más que un hombre el pensamiento de tal vez tocarle las piernas, tal vez pasarle la mano de manera tersa, si puede que aparezca en la mente de varios. ¿Por qué? No bastará decir que porque es atractivo el pensarlo, ¿verdad? No bastará con decir tampoco que si eso llegase a suceder pasarán por la mente cientos de cosas, ¿verdad?

No bastará con decir que ese pensamiento aleatorio, que no fue construido desde la intelectualidad, que fue creado a partir del sólo mirar, de sólo mirar, exactamente, y nada más que eso, no de analizar las piernas fríamente, y que se apareció sin más.

Eso, obvio, no sucede normalmente. En una reunión de negocios, digo, en la regularidad de un ambiente en que esté castigado, tal como debe de ser, el acoso sexual, eso jamás pasaría, en teoría y esperando que los factores disuasorios del asunto, que es tomado muy serio para esto y afectan la vida de miles de mujeres, funcionaran como es debido.

Pero si se da en otro contexto, y la vida depende mucho de ese “contexto” pasan miles de pensamientos. Estamos cien por cien de acuerdo en que una mujer se puede vestir como se de la gana. Estamos cien por cien de acuerdo en que jamás se podrá utilizar como excusa la forma en que una mujer esté vestida como para admitir un permiso tácito que jamás existió más que en la mente del estúpido que pasó de un pensamiento aleatorio, a un acto reprobable.

Así debería ser visto el acoso. Reprobable. Y no es hipocresía de mi parte por quedar bien con mi público femenino.

Pero sé que hasta mujeres dan la razón equivocada en esos casos.

Ubiquémonos de nuevo en un mundo en el que el hombre siente el deseo. El hombre “normal” si es que existe este.


EL SURGIMIENTO DEL DESEO (EN LA IMAGINACION)
Puede pensar que el deseo surge cuando piensa, imagina que tiene posibilidades de conseguir una anotación, por decirlo eufemísticamente. Es cuando imagina que obtendrá, con su debido esfuerzo, porque sin esfuerzo para muchos no tendrá chiste y se desvalorizará todo el asunto, repito, con su debido esfuerzo, obtendrá su objetivo, que es, que esa mujer le permita al hombre ser tocada por él, aparentemente sin límites.

Sé que es estar metiéndome en camisa de once varas. No sé de ética de género, no sé de sicología evolutiva lo suficiente, menos he ido a tomar un diplomado o una especialización en sexualidad familiar.

Sólo hablo como si tú me preguntaras a mí, mi opinión de hombre lego en la materia, que si acaso ha leído algo del tema. Pero sigo siendo hombre común y tal vez en eso se mantiene la validez de mi punto. Y que conste, nunca en ningún lado pretendí otra cosa.

Y tal vez le des ese valor a esto que estoy escribiendo, sólo la opinión de un amigo. Y ya. Eso es lo que requiero.

Volviendo. Entre hombres no escucho a nadie que digan, “que buena vieja esa, me la quiero coger”. Eso no se dice entre hombres. Sólo dirán:”Qué buenas tetas”, “Qué buen culo”. “Qué viejorrón”. No se dice más. Lo que implica es que esos aspectos de las mujeres son atractivos como para mencionarlos, o tal vez para que se consiga estar a la par de los mismos pensamientos del grupo sobre una determinada mujer. Como para obedecer a la presión de grupo. Para quedar bien entre cuates y no cuates, caramba.

Alguien más dirá: “Sólo quiero que esa vieja me eche airecito con su chicharrón”. Sólo se implica que habría un acto sexual de por medio para conseguir que algo similar suceda.

Otro podría decir, “a esa vieja, como si fuera caja de coca” haciendo el movimiento característico de cargar una caja de refresco con los brazos extendidos y apoyándola sobre los muslos.

Nadie habla aquí de voluntad de la mujer en cuestión. Sólo se expresan ideas, o llamémosles así, fantasías compartidas que son invocadas de manera rutinaria.

Recuerdo lo que nos contó Armando (el nombre es cambiado, por supuesto) un amigo de una empresa en la que trabajé. Él contó que un amigo suyo (así se dicen las cosas, al final uno no sabe si el protagonista fue el que lo contó o si realmente fue su amigo) trabajaba en un lugar en el que había una cierta secretaria muy guapa. Alguien le dijo que ella se parecía mucho a una actriz de cine porno famosa por esos años (las actrices porno sí llegan a ser famosas, pero no por muchos años).

Resulta que alguien le consiguió al amigo de Armando una, o unas, no recuerdo, películas con la actriz porno en particular. El amigo las miró. Y llegando al día hábil siguiente... ¡Imagínense! ¡La chica sí se parecía! Llegó el amigo con Armando y le dijo llevándose las manos a la cara: “¡Qué bárbaro! ¡Ya no aguanto!”

Nos reímos mucho del tipo. Que Armando supiese, jamás pasó de ahí. La anécdota tiene sentido en el hecho de que las fantasías ultimadamente se dejan guardadas en ese cajón y ahí estarán bien. (¿Sería en verdad mi amigo Armando?)

Volvamos a lo del deseo.

Los deseos en el sentido que nos referimos quedan sublimados de muchas maneras. De alguna forma se llega a mirar al mundo diciendo, uff, la mitad de la población es mujer. De esa cantidad, la mitad está en edad de merecer. De esa mitad, la mitad cae en lo atractivo. De esa mitad... etc.

El dicho lo dice de manera muy clara: tantas mujeres, tan poco el tiempo.


CONTINUA...

Notas Periodísticas sobre el tema... la número dos

Nota aparecida en el Periódico El Norte, 20 de Abril de 2006


Dan claves para hablar con hijos de sexualidad
Por Aideé Molina


Recomiendan expertos centrarse en situaciones de riesgo. Sugieren a papás charlar con menores sobre noviazgo, relaciones sexuales y anticoncepción
¿Qué harías si te encontraras un condón en la bolsa del pantalón de tu hijo adolescente?

A situaciones como ésta se enfrentan los padres de familia, por lo que urge que se sienten a platicar con sus hijos, consideró ayer la especialista en educación sexual Martha Alicia González.

¿Qué temas hay que tratar? El noviazgo, las relaciones sexuales, las enfermedades de transmisión sexual, los embarazos no deseados y la anticoncepción, señaló González, al abrir con su charla el Octavo Simposio sobre Adolescencia "Sexualidad", organizado por el Programa Universitario de Salud de la UANL.

"Para mí, los padres deben conocer el desarrollo psicosexual, las infecciones de trasmisión sexual, el noviazgo, la violencia familiar", dijo la especialista de la Clínica de Atención Integral para Adolescentes y Jóvenes de la Máxima Casa de Estudios.
"No queremos que los padres se vuelvan expertos, sino que conozcan los riesgos para identificar cuando su hijo o hija estén en situación de riesgo".

En su charla "La educación sexual en el hogar", González comentó que aunque la sexualidad es un tema que se puede abordar en cualquier momento, es a partir de la pubertad cuando los papás deben fortalecer el diálogo con sus hijos.

"Que esta comunicación se dé de manera asertiva y no se quede de manera superficial. La etapa más trascendente de los adolescentes es cuando inician la pubertad y están en los primeros años de secundaria", dijo.

Ante más de 200 especialistas y jóvenes reunidos en la Biblioteca Magna de la UANL, González pidió a los padres de familia prestar atención y preocupación a la educación sexual de sus hijos más que en la escolar.

Para ello y ante la falta de una guía perfecta para hablarle a los hijos sobre su sexualidad, cada padre deberá orientarlo de acuerdo con sus valores familiares, señaló.

Y si los padres deben abordar el tema y sienten que no pueden, que no tengan miedo en pedir ayuda a los expertos, comentó Juan Luis Álvarez-Gayou, fundador del Instituto Mexicano de Sexología.

"(Los padres con hijos adolescentes) se están enfrentando a un monstruo de la Laguna Negra que está protestando con todo lo que ve de frente, porque se está afirmando a sí mismo, pero hay que sentarse a platicar con ese monstruo", dijo.
Hay motivos para preocuparse. Durante la inauguración del simposio, Ricardo Huerta, subsecretario de Prevención y Control de Enfermedades de la Secretaría de Salud en Nuevo León, señaló que en la entidad existe entre un 25 y 28 por ciento de embarazos adolescentes.

¿Quién educa a los hijos?

Más que los padres de familia o los maestros, los creadores de la pornografía son los que están "educando" a los niños sobre su sexualidad, afirmó Álvarez-Gayou.

Y es que los niños y jóvenes la tienen a su alcance no sólo en internet o en la televisión, sino en las revistas y películas que compran sus propios papás, dijo el psiquiatra y especialista en sexología educativa durante la charla "La importancia de la educación de la sexualidad profesional en México".

"Los papás dicen 'esto que lo haga la escuela' y la escuela dice que 'yo no sé qué hacer con esto', entonces ¿quién está educando a los niños y a las niñas hoy en día? Los pornógrafos, todos los niños y niñas han visto pornografía", dijo.

Comentó que en charlas que ha tenido con los jóvenes éstos le han revelado que la pornografía la consiguen en su propia casa, ya que sus padres la compran.

Lo preocupante es que la pornografía no cumple con la función de educar sobre la sexualidad porque le quita su carácter afectivo y emocional, reduciéndola al plano genital.

"No es buena ni mala, sino que genitaliza la sexualidad, entonces los niños están recibiendo un mensaje que exclusivamente genitaliza la sexualidad y le quita todo los aspectos afectivos, emocionales que un educador profesional podría darle. (Definitivamente) no es el mejor de los maestros".

El simposio continúa hoy, a partir de las 9:00 horas, en el recinto universitario, con temas sobre elección de pareja y violencia en el noviazgo, además de talleres sobre las emociones de las mujeres y hombres jóvenes, y la comunidad y asertividad en la pareja.

Las conferencias son gratuitas. Los talleres cuestan 200 pesos.


Que no te dé miedo despejar las dudas

Los especialistas participantes en el simposio te orientan sobre cómo abordar la sexualidad con tus hijos:

- No te espantes, pues todos los papás se enfrentan al mismo reto que tú.

- Aprovecha los momentos en que tu hijo te pregunte sobre un tema o hace un comentario para despejarle las dudas.

- Háblale de lo que piensas sobre el tema, comparte tu experiencia y recuérdale los valores familiares que le has enseñado.

- Muestra el lado positivo de las cosas, trata de no infundirle temor y oriéntalo de todo lo que le puede pasar.

- Procura hablar en forma individual con cada hijo, ya que cada uno tiene sus propias necesidades.

- Evita los sermones y las amenazas de que si no cumple con lo que dices le va a pasar lo que a otros.

- Si ves que el tema se te complica, acude con un orientador sexual o psicólogo o inscríbete a una escuela de padres.

- Busca literatura sobre el tema.


Notas Periodísticas sobre el tema... la número uno

Nota aparecida en el periódico El Norte, el 21 de mayo 2005

Llevan a prepa la salud sexual
Por Jessica Castañeda


Nada más inició el taller de colocación del condón y los estudiantes de la Preparatoria Técnica Álvaro Obregón, Unidad Tres Caminos, se arremolinaron alrededor de la mesa.

Ahí, una trabajadora social colocó varias bases de madera frente a quienes les tocó sentarse primero y comenzó la explicación utilizando un pene de plástico.

Algunos chavos se mostraron un poco apenados y rieron, pero de inmediato se pusieron serios, hicieron preguntas y recibieron algunos preservativos que podrían salvar sus vidas dentro de la Feria de Salud Sexual.

La actividad, que ya se realizó en el Tec de Nuevo León, fue organizada por un comité interinstitucional formado por el Programa Universitario de Salud de la UANL, la Secretaría de Salud Estatal, el IMSS, y la Secretaría de Salud de Guadalupe.

"La mayoría de los chavos de mi edad tiene actividad sexual, y mis amigas algunas usan condón y otras no, de hecho aquí andan algunas en el taller", dijo Sandra, de 17 años, luego de su intento por colocar un preservativo sobre la base de madera.

Ulises, de 15 años, aseguró que no todos los chavos saben cómo usarlo y que muchos otros no quieren.

"No es un juego, realmente el sida es una gran epidemia", dijo Ricardo Huerta, Subsecretario de Prevención y Control de Enfermedades, "hemos visto que las estadísticas están aumentando y desgraciadamente se están infectando alrededor de la edad de ustedes".

Otros stands ofrecieron información sobre enfermedades de transmisión sexual, la prueba del sida, embarazo no planeado, mitos sobre la sexualidad, películas y un tendedero de ideas sobre la sexualidad en la adolescencia.

Más información sobre la feria en el teléfono 8333-1755 o visitar la página www.adolescencia.uanl.mx

Monday, July 24, 2006

Bitacora 8 del Blitz de NGS


Pues resulta que me fui a Culiacán a un curso y por supuesto me llevé unas pocas copias de mi libro de NGS.

El resultado fue como sigue.

Detecté que necesito a fuerza un interlocutor de confianza y de calidad que me lleve a las audiencias y auditorios con la fuerza que da la confianza.

Digo, el tema ya se sabe, no es sencillo. Se trata de un libro que habla de conducta sexual, de conducta de género, de reflexiones acerca de una ventaja supuesta a favor de los hombres, y bueno, la cosa no es fácil. De cualquier manera pude colocar dos libros, uno a un amigo que hice en el curso y otro a otra amiga.

Pero lo interesante es que en las conversaciones que sostuve surgen más preguntas. Si se quiere sí, del mismo tema, “de cómo somos los hombres”, pero en ciertos momentos, por las miradas que encierran secretos, que son las que yo percibí, las preguntas más dolorosas son las que no se dicen, y tienen que ver con “¿porqué son los hombres así?”

Y ahí hay más temas de qué escribir.

Ahí reside mucho del dolor de las mujeres y yo insisto, es ahí donde debo de buscar, si no soluciones, al menos si reflexiones en el asunto. Por eso, las mujeres que están con problemas no tienen salida, bueno, siempre pienso que sí las hay, sólo con que aprendas a ceder algo de su lado, ya sea satisfactor y deseo de no perder o deseo de no sufrir. Si ceden en eso, es posible que salgan del problema, o esperar a que pase el tiempo y en ese pasar que no se las coma.

Yo no sé, si porque soy atípico, ignoro si las mujeres recurren, y piensan, que pueden encontrar soluciones a problemas complejos en un escrito o en una columna de periódico. Pero bueno, a mi no me debe de interesar si mi intención es escribir de ese asunto. Y si mi intención es dar luz acerca del tema. De este tema.

Me pasaron más correos, pero los voy a dejar pendientes por un rato, ya que me concentraré en depurar mi lista normal de 2200 personas, para ver que más información me puede servir para mejorar mi mensaje.

Tengo un amigo que me dice que estoy mal en el enfoque, en el mensaje y demás, pero no me apura mucho. El experimento lo hice y como siempre, si los experimentos no te dan para resolver un problema práctico, por lo menos en cuanto a reflexión cuánto no te dejan...

El detalle es que sigo vendiendo poco a poco libros.

¿Ya comenté que fui a una estética –donde me corto el pelo- a dejar un libro para ver que pasa?

Eso fue hace dos semanas. De hecho tengo que volver a ver que les pareció a las dueñas, el problema es que todavía no armo en mi mente la siguiente estrategia... ¿Dejo mas libros o imprimo volantes con mis datos, o qué?

Bueno, experimentos son experimentos. Ya iré encontrando la hebra correcta depurando el asunto poco a poco.

Ahora estoy esperando a que las escuelas entren de nuevo para empezar a estirar músculos en el tema de las conferencias para ver que rollo en si podría dar alguna de estas en alguna institución.

El punto es que se plantee un esquema que agrade a todos. Al público, a los de la institución, y ah, a mí.

Seguimos informando.